Tomas Soria, Neurocoach, Experto en neuromotivación de equipos
El cerebro humano, tiene dos regiones en la toma de decisiones, claramente diferenciadas, la región cerebral del “Si” y la región cerebral del “No”
¿ Porqué algunas personas se deciden a crear empresas y otras no?. ¿Las personas con espíritu emprendedor poseen rasgos de personalidad distintos y diferenciados de los que no lo tienen?.
Las más clásicas teorías siempre han venido diferenciando al emprendedor por tener entre sus cualidades grandes dosis de innovación, flexibilidad, dinamismo, capacidad de asumir riesgos, creatividad y orientación al crecimiento. Si entendemos “emprender” como la capacidad de iniciar, establecer y operar con nuevas empresas, vamos en esta entrada a centrarnos en que “ mueve” a un emprendedor a iniciar la acción ante la aventura empresarial, sin atender en este espacio a la mayor o menor buenaventura de la misma y que está más relacionada con las capacidades de organización, coordinación , dirección de equipos, análisis del entorno y sus necesidades, elección de colaboradores y capacidad de motivarse a sí mismo y a los demás, sin olvidar la mayor o menor penetración en el mercado de los productos o servicios que oferta.
Ha habido muchos estudios sobre los factores que condicionan la intención y la conducta emprendedora, teorías basadas en orientaciones comportamentales para explicar la racionalidad de la decisión de emprender, otorgando poca importancia en la conducta emprendedora, sin embargo dos son los aspectos fundamentales para entender a las personas que se centran en el emprendimiento: la motivación y la emoción.
El cerebro humano, tiene dos regiones en la toma de decisiones, claramente diferenciadas, la región cerebral del “Si” y la región cerebral del “No”; Diferentes estudios llevados a cabo con técnicas de neuroimagen funcional han aportado evidencias que sugieren que son diferentes los circuitos cerebrales que anticipan la ganancia y la pérdida y mientras hay personas con propensión al logro, desarrollo y alcanzar el éxito, en definitiva a la obtención de recompensas y cuyas áreas fundamentales son la sustancia negra, el área tegmental ventral y el núcleo accumbens como liberadores de dopamina, a otras en las que predominan la aversión a la pérdida y el riesgo, su conducta energizada se encamina a evitar el fracaso y si bien sus áreas anatómicas no son tan detalladas como las anteriores se conocen varias estructuras implicadas como la ínsula y la amígdala cerebral.
De lo anterior se puede afirmar que la persona emprendedora es la que ha encontrado un motivo para emprender, una meta precisa, definida, realista (incluida la financiera), y temporalizada para la consecución de su sueño, la percepción de competencia en su capacidad y la obtención de una respuesta o placer hedónico en la aventura que pretende proyectar. Por supuesto que los pingues beneficios pueden ser un incentivo para iniciar una aventura de emprendimiento, el problema es que si su motivación solo se sustenta en ese tipo de recompensa (motivación extrínseca), es más susceptible de abandono ante las adversidades que de seguro se le van a presentar( el carisma, la voluntad indeleble y la creatividad no garantizan el éxito siempre), más si a la par del beneficio material, su motivación trasciende a ámbitos más amigos de la contribución y autorrealización (motivación intrínseca) será mucho más resiliente ante la adversidad. En definitiva si quiere ser inmune al desaliento y a la desmotivación en el emprendimiento, abrase a la novedad, al optimismo inteligente y a su motivación intrínseca.
Ah, que quiere que no me vaya por las ramas y concrete las cualidades que tienen que tener un emprendedor a diferencia de una persona que no lo es… bueno si se empeña; tiene que tener:
- Una gran disposición al riesgo (permite tomar decisiones valientes en un contexto de inestabilidad)
- Un alto locus de control interno (convencimiento subjetivo de que el éxito o fracaso son consecuencia de las propias acciones más que de los otros o de externas circunstancias)
- Apertura a nuevas experiencias (predisposición a introducir en el mercado nuevas ideas y conceptos)
- Extraversión (facilita la interacción con clientes, proveedores y trabajadores)
- Estabilidad emocional (proporciona estabilidad y soberanía en las decisiones)
- Confianza en uno mismo y en los demás (facilita la amabilidad, la empatía, la asertividad, y la responsabilidad)
Estas cualidades fomentan el emprendimiento; el que se alcance el éxito es harina de otro costal y si le parece lo dejamos para otro post.