Mariano Alonso, Socio Director General de mundoFranquicia para El Economista
Cualquier disciplina deportiva exige un alto nivel de esfuerzo y dedicación que, sumado a la obligación de abandonar la competición activa a edades muy tempranas, representa una importante barrera en la planificación de un planteamiento profesional a largo plazo.
En alguna ocasión nos encontramos ante la complicada situación de realizar un punto de inflexión en nuestra vida para dar un giro a nuestra trayectoria y tomar un nuevo rumbo que nos permita continuar creciendo y desarrollándonos personal y profesionalmente.
Esta situación puede estar motivada por una necesidad deliberada de cambio, pero si extrapolamos este escenario al ámbito deportivo, esa necesidad pasa a convertirse en una obligación por la que todo deportista atraviesa ineludiblemente a lo largo de su carrera.
Cualquier disciplina deportiva en sus distintas categorías exige un alto nivel de esfuerzo y dedicación por parte del deportista que, sumado a la obligación de abandonar la competición activa a edades muy tempranas, representa para ellos una importante barrera en la planificación de un planteamiento profesional a largo plazo.
De manera natural, muchos de ellos continúan ligados al mundo del deporte como miembros de los equipos técnicos o incluso directivos, pero no siempre es así, dejando en el aire su futuro y, aquí sí, con la necesidad imperiosa de encontrar una alternativa que les proporcione una seguridad económica y laboral en la que cimentar su nuevo proyecto de vida.
Para afrontar esta etapa, los deportistas eligen vías muy dispares, siendo el terreno empresarial uno de los más atractivos, pero también uno de los más “temidos” ante el desconocimiento o la falta de formación de muchos de ellos para gestionar de manera óptima un negocio.
En este sentido, las particularidades del modelo de franquicia hacen que se presente como una clara alternativa para este colectivo y más si comparamos las similitudes del perfil de un deportista con el de un emprendedor, por no hablar de las sorprendentes coincidencias entre las cualidades que más valora el franquiciador a la hora de seleccionar a un franquiciado y las que un buen deportista manifiesta en su día a día, tales como la capacidad de sacrificio, el grado de automotivación, perseverancia, ambición, iniciativa, capacidad de liderazgo, disciplina, organización, capacidad de decisión, independencia, personalidad, experiencia, capacidad de gestión, seguridad, apoyo familiar, interés y sentido de red (equipo), entre otras.
mundoFranquicia cuenta con un programa específico diseñado para determinar el grado de compatibilidad de los jugadores para operar como franquiciados y asesorarles en los pasos que tienen que seguir para adquirir correctamente una franquicia y convertirse en franquiciados:
- Conocer las peculiaridades de un acuerdo de franquicia: adquirir la condición de empresario franquiciado exige un conocimiento previo de las características de este tipo de relación comercial y de las obligaciones que representa en la explotación y gestión de un nuevo negocio.
- Evaluar previamente sus cualidades y aptitudes: todo empresario que se plantee la franquicia como sistema para la creación y puesta en marcha de un nuevo negocio tiene que autoanalizar sus aptitudes personales y grado de cualificación profesional.
- Analizar su capacidad de inversión: la adquisición de una franquicia supone para el franquiciado hacer frente a unas inversiones previamente establecidas, lo que requiere la disponibilidad de los fondos necesarios para ello.
- Seleccionar el sector de actividad e identificar una alternativa de negocio: son muchos los sectores que emplean la franquicia como fórmula de expansión empresarial y por lo tanto muy diversas las posibilidades de selección. Es necesario concretar el segmento de actividad en el que desarrollar un negocio, tomando como punto de partida aquel con el que exista algún tipo de afinidad o identificación.
- Obtener información detallada de las franquicias elegidas: la normativa en vigor protege los derechos de información de todo potencial franquiciado, por lo que conocer el tipo de datos que se pueden solicitar al franquiciador se convierte en un aspecto esencial para optar por la alternativa más adecuada.
- Hacer un análisis detallado de cada propuesta de franquicia: para cada una de las opciones de negocio seleccionadas hay que realizar un estudio en el que basar la decisión final, para ello es preciso analizar el mercado, el concepto de negocio, la experiencia del franquiciador y el tipo de asociación propuesta.
- Buscar asesoramiento profesional: para ampliar la información obtenido y contrastar conclusiones. Su soporte será de gran valor en aspectos jurídicos, conceptuales y en la valoración de la viabilidad económica del proyecto.
- Analizar el mercado de implantación: es importante prever los resultados de la explotación en el mercado en el que se va a desarrollar la actividad, prestando especial atención al potencial de demanda, al dimensionamiento del mercado, a las empresas competidoras y sus propuestas de negocio, así como a zonas preferentes de apertura.
- Constatar la veracidad de la información con otros franquiciados de la cadena: conversar con actuales franquiciados de la enseña y contar con el asesoramiento de un especialista, permitirá obtener una información adicional de gran relevancia que probablemente no aparezca en ningún documento informativo. Servirá además para comprobar la veracidad y solvencia del proyecto.