Ramón Garrido, Consultor Ejecutivo de mundoFranquicia
Al emprender, un futuro franquiciador siempre se suele encontrar ante una indecisión, la cual es si invertir en una franquicia consolidada con gran éxito a nivel nacional o invertir en una franquicia nueva con un gran crecimiento por delante.
En nuestro día a día, los consultores de mundoFranquicia nos enfrentamos a una misma situación en donde las personas que buscan un modelo de negocio, se encuentran indecisas ante estas dos posibilidades.
Esta situación saca a relucir los dos perfiles de inversor que existen, por una parte aquellos que tienen aversión al riesgo y por otra los que asumen el riesgo con total normalidad. A continuación vamos a realizar un análisis más exhaustivo de los pros y los contras de cada situación de inversión para ayudar a esos inversores que se sienten identificados con esta situación y necesitan una opinión más profesional de este tema.
Primero nos dirigimos a aquellas personas que desean invertir en un negocio con varios puntos de venta abiertos. La ventaja de invertir en un modelo como este es que al tener tantos centros puedes contrastar su éxito en diferentes escenarios y zonas, y contrastar tu zona de apertura con alguna similar. Además, en estos casos, suele tener una estructura interna mucho más fuerte y consistente, con unos proveedores y una automatización de los procedimientos mucho más lograda, por lo que la asistencia a la franquicia será mucho más rápida y eficaz. Al ser un negocio contrastado la marca será conocida y el cliente se desplazará a conocerte, no requiere una inversión en publicidad como una marca que empieza de cero y aún no tiene la confianza del cliente. Esto implica que el desarrollo del negocio es más rápido y tarda menos meses en arrancar. Como puntos negativos, al tener un gran volumen de unidades de negocio tendrán menos zonas donde elegir y las que quedan serán las “desechadas” por anteriores interesados, no serán en principio las zonas con mayor potencia de facturación y crecimiento. Hay que tener también en cuenta que será un modelo más contrastado, y eso se paga, ya puede ser a través de la inversión inicial (Canon de entrada) o durante el desarrollo del negocio (royalties).
Ahora nos dirigimos a aquellas personas que desean invertir en un nuevo proyecto, que ha nacido hace relativamente poco. La ventaja de invertir en este modelo de negocio es la novedad. Tienes una marca que acaba de empezar y que no tiene una opinión preconcebida de tu negocio, por lo que tú eres el que va a influir para bien, o para mal, sobre esa clientela, no vas con un juicio ya hecho con anterioridad. También cabe destacar el apoyo de la central, que se volcará en el desarrollo de tu centro al 100%, ya que el éxito de su modelo de franquicia dependerá de cómo funcionen sus primeros centros. Por último el hecho de tener las zonas de mayor potencial libres ayudará a que te coloques en una zona top y tener un desarrollo más fuerte. También la inversión suele ser más reducida, ya sea por promociones de la franquicia en descuentos de Canon y royalties, como en el precio de marca, que al ser menos conocida no tendrá un valor elevado. Como puntos negativos, el inversor no tiene una gran certeza de cómo va a responder el negocio en otro punto de la geografía española por lo que su facturación se puede ver disminuida y tendrá que hacer frente a tensiones de tesorería.
En resumen, lo importante antes de elegir cualquiera de estos dos modelos es saber que la franquicia es un modelo con éxito comprobado y una experiencia mínima. Para ello aconsejamos pedir consejo a profesionales en franquicias que puedan indagar en el histórico de las franquicias y que, con los datos encima de la mesa, puedan aconsejarte cuales son las franquicias que mejores perspectivas de futuro tienen, ya tengan dos centros como más de cincuenta.