Saúl Martín, Consultor Ejecutivo mundoFranquicia
Para el desarrollo de cualquier negocio o proyecto de franquicia se requiere una organización y una planificación bien definidas. El empresario tiene que ser capaz de plantearse unos objetivos a largo plazo y cumplirlos para así conseguir rentabilizar su negocio
En muchas ocasiones el objetivo no sabemos cuál es, pero si los medios de los cuales disponemos o cual es la meta futura a la que queremos llegar. Es muy importante que el objetivo sea realista, que esté en tu mano alcanzarlo. Por ejemplo, somos un restaurante y queremos aumentar las ventas; esa es nuestra meta y los objetivos serán mejorar la imagen del local, aparecer en redes sociales, aumentar nuestro posicionamiento SEO y SEM…
Para que el objetivo sea alcanzable nos vamos a basar en el MODELO SMART. Este modelo consiste en cinco sencillas normas que nos van a servir para evaluar la eficacia del objetivo:
- Specific (Específico):Es imprescindible que el objetivo sea de lo más claro y conciso posible, para así que lo entienda todo el mundo y lo pueda interiorizar, y también poder complementarlo con otros subojetivos que nos ayuden a alcanzar nuestra meta mediante el refuerzo del objetivo principal. Si, por ejemplo, se desea que la experiencia del cliente que entra en la tienda ser más agradable, podría ponerse como fecha fin lograrlo en dos meses. En este caso, especificaría, para cada entrada de un cliente, subobjetivos concretos para alcanzar el objetivo deseado, como saludar de forma agradable a todos los clientes, darles a probar producto, etc.
- Measurable (Medible): El objetivo marcado debe ser medible en el tiempo, por lo que ha de ser una meta cuantificable y lo más importante, que sea factible. No tienes ni que marcarte objetivos fáciles, muy largo plazo, ni inalcanzables, poniendo plazos muy cortos. Como en el ejemplo anterior, inculcar un proceso nuevo no es flor de un día, sino que requiere un tiempo para que los trabajadores interioricen ese nuevo proceso. Por lo que no se podrá dar un mes de plazo, ni seis meses.
- Achievable (Alcanzable): El objetivo debe ser alcanzable, eso no quita que sea ambicioso y difícil de alcanzar. Además hay que ser flexibles, ya que hay objetivos que pueden depender de terceras personas o del mercado y pueden sufrir modificaciones. Si vamos al objetivo anterior, tenemos que conocer el potencial y formación de nuestro equipo para ver si podemos mejorar el servicio y la capacidad que tienen para interiorizar esos procesos.
- Realist (Realista): El objetivo debe ser realista, tenemos que ver del capital humano y financiero del que disponemos, entre otras cosas, para ver cuáles son las metas que podemos alcanzar. Por ejemplo, si queremos aumentar la notoriedad de marca de nuestra empresa, tendremos varias opciones. Si queremos invertir una pequeña suma de capital, no podemos tener como objetivo que nos conozcan en toda la geografía nacional a través de un anuncio de televisión en prime time, sino que tendremos que empezar por que nos conozcan en el barrio repartiendo flyers o anunciándonos en un autobús local.
- Timely (Fecha límite de ejecución): El último punto es cumplir ese objetivo temporal del que hablamos anteriormente. Es muy importante este punto, ya que nos impulsa a hacer un esfuerzo extra. Este punto coge mayor relevancia cuando nos marcamos tiempos para objetivos que afectan a terceros, o que son evaluables por terceros, como puede ser aumentar la facturación para la entrada de un grupo inversor, y o cumples los objetivos o no entras dentro.
Por lo tanto, para tener una buena evolución del negocio, hay que marcarse unos objetivos realistas. Con ello conseguimos no caer en el pesimismo ni en el desánimo, al cual llega el empresario al ver que no consigue las metas que se propone, y llevar a la empresa al punto en el que queremos que este.