Star Wars, la creación de George Lucas, que revolucionó por completo el cine comercial, se constituye como la franquicia cinematográfica definitiva, no únicamente por su éxito de taquilla, sino también por el legado que ha dejado, generando continuamente nuevos productos y noticias sobre cine.
En la saga, se nos presenta una disyuntiva continua entre el lado oscuro y el lado luminoso de la Fuerza, con roles muy diferenciados y claramente marcados.
Ahora bien, si el modelo de franquicia empresarial se presentara en la Guerra de las Galaxias y hubiera que definir roles, ¿Quién formaría parte de los caballeros Jedi? ¿Quién pertenecería al bando de los Sith?
- ¿Tendrías clara tu postura en cuanto a los roles sobre quién es el “bueno” y quién el “malo”?
Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana… el emprendedor se encuentra sumido en el caos. Los precios impuestos por el franquiciador, la publicidad engañosa en la captación de franquiciados, la insuficiencia en la transmisión del know-how, la no explotación de modelos piloto, los abusos en la renovación, la insuficiencia de asistencia continuada, así como las previsiones de ventas y resultados no verificables o justificables, inician un período de disputas.
En este escenario, el concepto de franquicia, entendiendo como tal una relación empresarial, entra en juego. Al fin y al cabo, se trata de una serie de bases acordadas entre ambas partes, en la que el emprendedor aporta su consentimiento a través del contrato y su integración en la cadena.
- ¿El malo, es tan malo como se comenta, y el bueno tanto como aparenta?
Si nos remitimos al libro de nuestro Director General, Mariano Alonso, Franquiciamente, se recalca en todo momento que al tratarse de una relación entre empresarios, es lógico que surjan desacuerdos que, en caso de no hacerles frente y solucionarse a tiempo y de manera consensuada, derivarán en un enrarecimiento de la relación, pudiendo marcar un final que quizá no resulte del todo amistoso.
Mientras, determinados medios de comunicación aportan titulares donde se lee que hay que tener cuidado con las franquicias, que no son buenas, que son abusivas y perjudican a los franquiciados, arruinando casi siempre con sus patrimonios e ilusiones, destacando su figura como “la parte débil”, “la parte vulnerable” sin valorar si el origen del problema pudiera estar en la falta reiterada, y a veces intencionada, de observación de las reglas de juego que el propio franquiciado aceptó.
Llegados a este punto, parece que el duelo entre ambas fuerzas podría definir el sistema de franquicias como un modelo conflictivo, sin embargo, datos aportados por el Comité de Expertos Jurídicos de la AEF en 2017 acerca de la litigiosidad judicial en este ámbito, desvelan un grado del 0,08%.
Ante esto, vemos cómo a pesar de la complejidad de las relaciones entre empresarios y emprendedores, el mensaje es positivo y tranquilizador. No hay ni buenos, ni malos, en medida de lo posible, franquiciados y franquiciadores deben confrontar las diferencias y remar en una misma dirección, trabajando de manera conjunta para asegurar el éxito.
En palabras del Maestro Yoda: “Mejores cosas que luchar deberíamos estar haciendo. Buscando sabiduría, encontrando equilibrio. Pero éstos son los días que vivir nos ha tocado”.
Irene Tellez. Departamento de Marketing & Comunicación