Pedro Cantalapiedra, Director de Consultoría de mundoFranquicia para El Economista
Debemos conseguir darle si cabe una mayor profesionalización y transparencia al sector, ya que, aunque son mayoría las franquicias que presentan modelos sólidos, sigue existiendo la figura del “vende burras”, que manchan el sector y le restan credibilidad.
Que la franquicia, u otras formas de comercio asociado similares, se han convertido en el verdadero protagonista de la reconversión del comercio tradicional creo que a nadie le cabe ninguna duda, basta con darse un paseo por cualquiera de las calles comerciales de las principales ciudades españolas para darse cuenta de ello, ahora bien, ¿Qué futuro le espera a esta forma de comercio? ¿Cuáles son sus principales retos?
Muchas son las respuestas a estas preguntas, pero por separar haría distinción a tres tipos de retos: los retos del propio sistema, los retos de los franquiciadores y franquiciados existentes y los retos de los nuevos franquiciados.
En cuanto a los retos del propio sistema creo que por encima de todo hay una cosa que los distintos operantes en el sector (franquiciadores, franquiciados, asociaciones de ambos, consultoras, etc) debemos conseguir, que es darle si cabe una mayor profesionalización y transparencia al sector, ya que, aunque son mayoría las franquicias que presentan modelos sólidos, sigue existiendo la figura del “vende burras”, que manchan el sector y le restan credibilidad.
En este sentido se sigue viendo la figura del empresario oportunista que bajo el paraguas de una franquicia y sin contar con un modelo contrastado, sin experiencia para generar confianza, intenta hacerse un hueco en el sistema de franquicia y aunque sí que es verdad que estas marcas están destinadas a desaparecer, sus posteriores fracasos restan credibilidad al sistema de franquicia. Por este motivo se hace patente la necesidad de establecer ciertos filtros y controles entre los franquiciadores, el objetivo sería aportar luz y taquígrafos al proceso, a través de posibles medidas a tomar:
-Mayor control en los procesos de información y venta de franquicias, porque aunque existe un Real Decreto que obliga a informar ampliamente al franquiciado 20 días antes de firmar la franquicia, ¿alguien controla que esto se hace? ¿alguien verifica que la información aportada es completa y veraz?
– Para ser denominado franquicia, deberían establecerse una serie de requisitos, tales como años de experiencia de la empresa y la red, dimensionamiento mínimo en las cadenas en centros propios y franquiciados, entre otros.
-Establecer un control real sobre la obligación de publicación de aperturas y cierres en las cadenas de franquicias existentes.
-Obligatoriedad en los procesos de venta de la franquicia de aportar datos reales de facturación de centros tanto propios como franquiciados, para verificar que los estudios aportados por los franquiciadores se ajustan a la realidad.
Con respecto a los retos de los franquiciadores y franquiciados ya existentes, por encima de intereses individuales de las partes, por supuesto legítimos, debe estar como fin último el interés global de la cadena, por lo que es importante el trabajo conjunto por el desarrollo de la misma. Al igual que en los matrimonios los objetivos comunes requieren compromiso, valores compartidos, esfuerzo, renuncias de una parte en favor de otra, y es que se ha demostrado que en franquicia, la confluencia de intereses y ambiciones de ambas partes es el camino más rápido al éxito.
Lo que sí que está claro, y si en algo hay que hacer especial hincapié, es que después de los difíciles momentos que se han vivido, mejor dicho que aún vivimos, es la inevitable exigencia que debe ser asumida entre franquiciado y franquiciador, en términos de innovación, esfuerzo y capacidad de sufrimiento. Son momentos en que estos valores son necesarios para salir adelante y deben ser asumidos por ambos, sin regatear esfuerzos para ello. Solo aquellas franquicias que así lo están entendiendo están consiguiendo renovarse y salir reforzadas de esta situación.
Como último punto, dejamos los retos de los nuevos franquiciados que pondrán en marcha sus franquicias a finales de 2016 o principios del 2017. Teniendo en cuenta que hoy en día más del 80% de los negocios que se montan en nuestro país bajo el sistema de franquicias son opciones de autoempleo, la franquicia será pues un planteamiento de actividad empresarial que deberemos rentabilizar, más que una alternativa de inversión con la que pretendamos especular, en este punto el franquiciado deberá preguntarse ¿Qué monto? Dos puntos básicos para no fallar:
-Negocio: como norma general, diríamos que no existen negocios buenos, ni malos por sí mismos, sino que son las personas que están detrás de estos negocios, los que hacen los negocios malos o buenos. Será básico pues que cada nuevo franquiciado y después de haber realizado una autoevaluación detecte aquellos sectores y negocios que más se adecúen a su perfil. Una vez visto esto, el franquiciado deberá realizar los estudios pertinentes para separar la paja del trigo, aquí nadie tiene una varita mágica para saber qué funciona y qué no, lo que sí está claro es una cosa, cuantos más estudios hagamos y más datos verifiquemos, más posibilidades tendremos de acercarnos a la realidad de las franquicias estudiadas y acertar en la elección de la misma.
-Local, si se puede sacar una lectura positiva después del huracán de la crisis y de la tímida recuperación económica, es que nos encontramos un mercado inmobiliario con muchas más opciones, esto propicia el poder conseguir ubicaciones apropiadas en una condiciones ventajosas en renta, tiempo, eliminación de traspasos, incluso en Centros Comerciales se está consiguiendo aportaciones a fondo perdido para cubrir parte de la inversión inicial.
Así vemos que los retos para montar una nueva franquicia pasan por una autoevaluación real de nuestro perfil, un estudio completo de la franquicia elegida y una elección acertada del local donde instalarnos.