El ambiente en el que trabajamos no solo influye en nuestra productividad, sino también en nuestra percepción de la empresa. El orgullo corporativo entre los empleados es algo difícil de lograr, pero cuando se consigue, la reputación de la marca mejora exponencialmente.
Ya se trate de una empresa grande o pequeña, lo cierto es que las claves para mantener a los empleados satisfechos son bastante similares en ambos casos:
- Reconocimiento: Al igual que se deben tomar medidas cuando un empleado no cumple con sus obligaciones, también debemos felicitarle cuando logra cerrar una operación importante o consigue un nuevo cliente. Puede parecer un detalle sin importancia, pero sentirse valorado en su empresa le unirá mucho más a ésta.
- Objetivos claros y asequibles: Trabajar sin que se hayan establecido previamente unos objetivos claros puede llevar a la confusión, al igual que si éstos son poco realistas, ya que darán lugar a una desmotivación generalizada en el equipo.
- Buen ambiente laboral: Ofrecer un espacio amplio, luminoso y cómodo en el que los empleados puedan trabajar es algo de vital importancia, así como ofrecer un salario acorde al compromiso y esfuerzo de cada uno de ellos.
- Comunicación constante: También es necesario escuchar a los trabajadores, que muchas veces son los que conocen de primera mano las cosas que se deben mejorar. Además, es importante que entre los diversos departamentos haya una buena comunicación para que no se solapen tareas ni ocurra el clásico “teléfono estropeado”.
Al final, si conseguimos que los empleados se encuentren cómodos y valorados en sus puestos de trabajo, serán los primeros en hablar bien de la empresa en su entorno familiar o en “petit comité”. Quizás el hecho de que uno hable bien o mal de la empresa en la que trabaja no parezca de gran importancia, pero si hablamos de muchos empleados, la cosa cambia. Haz que se sientan orgullosos de trabajar en tu empresa.
Irene Crisóstomo
Ejecutiva de Comunicación
