- ¿Cuándo se unió al Grupo Provalliance como franquiciado?
Empecé en el mundo de la franquicia en el año 2008 cuando abrí mi primer salón Llongueras. Y al grupo me uní como franquiciado en el año 2018 a raíz de la alianza del grupo Provalliance con Llongueras.
- ¿Por qué ha elegido las marcas del Grupo Provalliance?
Por muchas razones, la primera que es una marca de éxito contrastado. En España es el número uno con más de 300 salones, en Europa también es el número uno y en el mundo está en segunda posición con 4000 salones, 3000 de ellos franquiciados; por lo que tienen mucha experiencia, que es lo más importante para empezar un negocio. Además, al ser tantos, te dan la pista de que tienen la mente abierta, que hay mucha gente pensando, muchas ideas y eso te reconforta como inversor, además de saber que te van a tener en cuenta en todo momento.
- ¿Por qué decidió abrir un negocio bajo una marca de franquicia?
Te da muchas ventajas y en concreto Provalliance, al darte un soporte 360º, te da mucha confianza a la hora de empezar. Por ejemplo, con la ubicación del local, te hacen un estudio de la zona: la renta per cápita de la zona, que está libre de competencia, etc. necesitas conocer bien la zona para saber qué es lo que encaja y al tener una variedad de marcas, puedes elegir la que va a ser una oportunidad de negocio en esa ubicación.
También la negociación de la renta, la elaboración del business plan que te permite saber qué recursos necesitas para comenzar con el negocio, qué tesorería necesitas, saber cuánta gente tiene que entrar en el negocio para tener un beneficio neto, para cubrir gastos… También te acompañan al banco para solicitar financiación que en muchos casos es necesaria para iniciar un negocio.
El segundo punto, que para mí es el más importante, es la formación del personal. Trabajamos con personas y Provalliance, al contar con 4000 salones, tiene una bolsa de trabajo inmensa con muy buenos profesionales, por lo que, desde el comienzo, cuentas con una buena plantilla, que es muy complicada de encontrar, y ellos los forman y los motivan; por lo que, cuando abres la puerta, estás preparado para coger a la primera clienta.
La tercera parte es la comunicación, tanto en el punto de venta, como fuera. En el punto de venta está la parte de merchandising, todo lo que tiene que ver la clienta al entrar: posters, vídeos, books de colecciones que se actualizan dos veces al año según las nuevas tendencias; y por otro lado, todo lo que está fuera: hacen campañas muy completas para tocar a todos los sectores de la sociedad, ya sea gente de 20 años, gente de 30, gente que lee prensa, gente que va a eventos… están en todas partes. Personas a las que tú solo no podrías llegar, pero gracias a la comunicación que hacen, puedes. En definitiva, pagas un canon muy correcto al mes y esto te da una visibilidad muy grande.
También hay otra parte que son los proveedores. Trabajamos con las mejores marcas y nos ofrecen los mejores descuentos, por lo que al vender un producto ya cuentas con un amplio margen de beneficios con el que puedes motivar más, con mejores incentivos, al personal que va a vender el producto. Además, hacen formaciones constantes.
Por otro lado, está lo que podemos denominar el servicio posventa, que son todas las obligaciones que ellos tienen contigo por pagar un canon: formaciones dos veces al año en las escuelas en Madrid y Barcelona, ya sea a nivel técnico, de corte, o cualquier concepto, cursos, muestra de las nuevas tendencias, renovación de la peluquería por dentro y por fuera con nuevos los books y fotografías (en una franquicia de este nivel, no puedes tener la misma fotografía año tras año). Por todo este servicio posventa, si hay un corte de pelo que aparece en la televisión, los oficiales ya lo han hecho, tienes la fotografía en el salón y cuando la clienta llega, estás autorizado.
- Y, ¿por qué una cadena relacionada con este sector?
Creo que es un sector que está en auge completamente. Aunque ahora con la crisis del Covid parece que nada es seguro, todo lo que es la belleza personal y el cuidado personal, la moda y las tendencias, están a la orden del día. Antes alguien iba a la peluquería y solo le veía su entorno más cercano; ahora estás en Instagram, en Tinder, en Facebook, estás comiendo fuera… es una de las inversiones más seguras que hay ahora mismo y hay mucha demanda.
- ¿Qué le aporta el grupo respecto a la competencia?
Las marcas son muy atractivas tanto para la clientela como para los oficiales de peluquería que trabajan allí.
Para la clientela son marcas muy reconocibles y dan la confianza al cliente de que va a tener un buen servicio en esos locales. Jean Louis David, Franck Provost y Llongueras en España son calidad. Si abres un negocio y pones un rótulo de este grupo, automáticamente va a entrar gente. Es un reclamo objetivo.
Por otro lado, para los empleados, es muy importante, porque con estas marcas van a poder tener acceso a las técnicas de los grandes maestros de la peluquería como Jean Louis David, Franck Provost y, por supuesto, Llongueras. Es una garantía de que se van a formar dos veces al año, renovándose, van a estar activos, van a ser competitivos, van a querer crecer y, eso, hace que permanezcan en tu negocio y no busquen una salida.
- ¿Qué balance hace desde que comenzó esta aventura empresarial?
Mi balance es muy positivo. Yo comencé en 2008, con la crisis, pero si cojo todos los años, estoy muy contento y he ido haciendo aperturas. Ahora tengo prevista una y el año que viene tengo otra.
- ¿Qué ventajas cree que ha encontrado en este modelo de negocio?
Hay mucha, pero lo más importante es el apoyo continuo y la experiencia que tienen en tantos mercados. Te ayudan a solucionar los problemas, verlos con antelación, minimizando riesgos y costes. Es la ayuda constante día a día y la seguridad que te da saber que empiezas en tu negocio y que estás preparado para afrontar los problemas y que vas a obtener buenas oportunidades de mercado.
- ¿Qué es lo que más valora de la relación con el grupo en estos momentos?
Lo que más valoro es la gente que trabaja en la empresa. Es un sector muy cercano, muy familiar, y actúan con rapidez. Tengo un ejemplo, hace unos días estuvimos viendo un local y comenté que necesitaba una persona, y automáticamente me mandaron un currículo, hoy he hecho la entrevista y mañana empieza a trabajar; por lo que esto muestra que tienen mucha gente, muy preparada.
- ¿Tiene previsto o le gustaría abrir algún otro negocio dentro del Grupo Provalliance?
Justo ahora estoy en trámites de abrir un nuevo salón, en la Moraleja, a finales de septiembre o principios de octubre, con una nueva marca que no había trabajado todavía, que se llama Lluís Llongueras, que es la marca dirigida a un público más exclusivo de Llongueras.
- ¿Recomendaría a otros emprendedores a unirse al Grupo Provalliance y por qué?
Sin ninguna duda, si tienes la idea de abrir un negocio en el mundo de la peluquería, lo mejor es ir de la mano de los mejores y su experiencia y saber hacer son una ventaja competitiva enormes. Es una apuesta segura. El riesgo nunca es cero pero las opciones de éxito son mayores. Yo recomiendo a cualquier persona que se ponga en manos de profesionales, y en este caso de Provalliance
- ¿En qué medida te ha ayudado el hecho de pertenecer a una franquicia en estos momentos?
Durante la crisis del Covid, la gestión ha sido incuantificable. Desde el primer día tienes muchas dudas; están los empleados, estás tú como inversor y luego están los clientes y en todos esos aspectos el Grupo Provalliance ha actuado de forma rápida y muy eficiente.
El primer día, los empleados tenían mucho miedo, se encontraban en un Erte por fuerza mayor que es algo que nadie sabíamos qué era y desde el primer día se pusieron en contacto con los proveedores y dieron cursos online con todos los empleados juntos dos veces por semana. Esto hizo que hablaran entre ellos, no estuvieran oxidados, que salieran un poco de la monotonía de estar en casa, y refrescaran conocimientos para poder volver a trabajar cuando todo pasase. De alguna manera esas relaciones informales fuera del salón son muy importantes para un buen negocio ya que las percibe el cliente.
Para nosotros como inversores, lo más importante fue la negociación de los alquileres. Cuando te cierran un local, sigues pagando renta, pero no estás funcionando. Al ser un grupo que ejerce mucha presión, con muchos salones, tiene un gran poder negociador, y cuando vas a hablar con los centros comerciales, como es mi caso, que tengo muchos salones, te ayuda, tienes mejores bonificaciones, y con eso tu margen de pérdida se reduce. Te permite salir con un poco más de músculo y con la tesorería un poco mejor dentro de lo que cabe.
En tercer lugar, están los clientes. Al cerrar un local, no sabes los clientes cuándo van a volver, pero tú tienes que dar la seguridad de que vas a volver y cómo vas a volver y ahí también lo han hecho muy bien. En un mes y medio han lanzado una aplicación para citas que no existía y que nos viene fenomenal porque primero forman a las recepcionistas para usar el programa, que es muy denso y profundo, y permitió que, con una semana de antelación, cuando el gobierno anunció que iba a levantar el veto, llamar a todas las clientas, hacer un listado de los primeros días que y ,así, saber el coste que supondría atenderlas, saber qué personal iba a necesitar, qué producto necesitaba, etc. por lo que pude hacer una previsión que me dio seguridad.
Además, me indicaron todos los protocolos que tenía que realizar con el cliente y facilidades como EPIS, vídeos de formación con todo el merchandising para el local explicando a la clientela todos los protocolos. Eso da seguridad y el cliente vuelve y los profesionales se sienten seguros.
Esto resume en tres meses esta fuerza: muchos salones, mucha gente pensando que te da confianza. En tiempos de crisis haber estado con un grupo como Provalliande ha sido maravilloso y el resultado mucho mejor que habiendo estado solo, de eso no tengo ninguna duda