Teniendo en cuenta que el 90% de las empresas españolas son familiares, que generan el 6,58 millones de empleos y más del 67% del total del sector privado, está claro que hay que tener en cuenta sus consideraciones. Y éstas pasan por reconocer que la prioridad, para la empresa familiar, es mejorar la formación y adaptarla al futuro, de modo que el sistema educativo sea reformado para responder a las necesidades reales de las empresas y los retos tecnológicos.
Esta es una de las conclusiones a las que han llegado los empresarios familiares, reunidos en Murcia con ocasión de la celebración de su Congreso anual, consolidado como el foro empresarial más importante de España.
Los presidentes del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y de las 18 asociaciones territoriales vinculadas han firmado, en la capital levantina, una declaración institucional en la que se comprometen a impulsar una reforma del modelo educativo para adaptarlo a la realidad y a las necesidades de las personas y las empresas.
El cambio climático, la transferencia de tecnología, el big data, la internacionalización y la guerra comercial, entre otros, son factores que han de enfrentar las compañías para sobrevivir en esta nueva etapa y ello demanda la implicación empresarial que ayer han rubricado en Murcia los principales representantes del tejido productivo en orden a lograr un modelo educativo de futuro más sólido y transversal.
La declaración incide en que “existe un evidente desfase entre nuestro sistema de formación y el mercado de trabajo”, que se ha convertido en uno de los principales obstáculos para el avance empresarial. Por ello, considera el papel de actor principal que deben desempeñar los gestores del tejido productivo. “Es imprescindible actuar ya. Hay que reformar el modelo educativo y de formación para hacerlo más flexible y orientarlo a la realidad, a las nuevas tecnologías y al futuro”, concluye el manifiesto.
Además, los empresarios quieren implicar a los principales actores en una acción coordinada para confeccionar esa reforma. “Ha de ser un debate sin planteamientos ideológicos y en el que se impliquen activamente las empresas, los agentes sociales, el Gobierno y las Administraciones, los partidos políticos, los expertos y la sociedad en su conjunto”, indican.
El Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y sus asociaciones representa el 28% del PIB español.