El nuevo papel del consejero, clave a la hora de impulsar la dimensión social de la empresa
Los inversores internacionales son cada vez más exigentes en materias como la Responsabilidad Social Corporativa, hasta el punto de que existen fondos de inversión que únicamente invierten en compañías que consideran socialmente responsables. Tal y como señala el diario económico Cinco días, “las organizaciones no se diferencian por la calidad de un producto o servicio, sino por la conexión con la sociedad que logran obtener y, en último caso, por sus valores únicos”. Por ello, la RSC ya es casi obligatoria para cualquier compañía.
El socio responsable de sostenibilidad y buen gobierno de KPMG en España, Ramón Pueyo, ha manifestado que “la consideración de cuestiones ambientales, sociales y de buen gobierno cada vez tiene más relevancia entre los criterios a tener en cuenta en el momento de invertir en una compañía, ya que la información no financiera forma parte de la política de los inversores”.
Además, KPMG y la Fundación Seres tienen abierta una línea de trabajo en la que se enfocan en el nuevo papel del consejero en la construcción de una empresa responsable, que ha sido apoyada e impulsada por la Ley 11/2108, sobre información no financiera y diversidad y por las recomendaciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
La directora general de la Fundación Seres, Ana Sainz, señala que “es una exigencia de la sociedad contar con un papel distinto del consejero al que tenía anteriormente. Sin ese cambio, las empresas están abocadas a desaparecer. Es algo que permite diferenciación”.