Conectar con el usuario y reducir la brecha digital que aún separa a muchos españoles de una buena conexión a Internet: ese es el doble objetivo que se ha marcado el operador tecnológico Eurona al decidir implantar tiendas a pie de calle, desde las que ofrecer a los consumidores un servicio de internet 4G residencial con tecnología LTE y satelital en localidades con baja o nula conectividad. Esas tiendas, que operarán bajo el formato de la franquicia –la primera ya está operativa en Casteldefells (Barcelona)-, también pondrán a disposición de los consumidores telefonía fija y móvil así como todo tipo de dispositivos –como smartphones o tabletas- y accesorios necesarios para garantizar su conectividad.
Además de este reto con el que Eurona pretende abrir 250 locales antes del cierre de 2018, la compañía también reforzará la otra pata de su negocio basada en ofrecer wifi en aeropuertos, establecimientos hoteleros y en el área residencial, según ha explicado su presidente Jaume Sanpera.
¿En qué momento entra la palabra franquicia en el negocio de Eurona?
Empezamos con la franquicia en 2015 y ahora es cuando estamos haciendo las primeras aperturas de tiendas. Hasta ahora la franquicia era un señor que se ocupaba de dar atención a los usuarios de una zona pero sin un local físico. Cuando empezamos éramos un operador local y siempre nos ha gustado mucho ese componente. Creemos que para luchar con las grandes compañías y operadoras uno de los hechos diferenciales es que la gente tenga una persona a la que acudir para sus preguntas o problemas de conectividad. Esa relación de cercanía es la que te da mucho éxito y mucha fidelidad.
¿Qué plan tenéis para la red de franquicias de Eurona?
Lo que queremos es reproducir justamente lo anterior. Si antes estábamos presentes en determinadas poblaciones y la gente nos conocía, ahora queremos seguir en eso pero de forma más permanente. Empezamos una nueva etapa y nuestro objetivo de expansión es alcanzar entre lo que queda de este año y los dos siguientes las 250 tiendas en España.
¿Qué tipo de franquiciados estáis buscando?
Buscamos franquiciados que sepan atender al público y tengan un perfil comercial. No buscamos técnicos porque lo que vendemos nosotros es muy simple. No queremos tener los típicos distribuidores que aparecen y desaparecen. Queremos gente que se implique y la franquicia nos ha parecido la fórmula más adecuada para conseguir esa implicación.
¿Qué zonas geográficas os interesan más?
Toda España, incluidas las islas. Ya estamos en Baleares y también estaremos en Canarias. Nuestro municipio objetivo está entre 10.000 y 25.000 habitantes, 50.000 máximo. En la conectividad por satélite nos estamos centrando en toda España porque hay déficit en todas partes. Tenemos muchos clientes en Galicia, en la zona de la costa y en la parte más montañosa de Cataluña. Ahora estamos invirtiendo más en la zona del interior. Sin embargo, en 4G nos estamos centrando en la costa mediterránea. Ahí hay muchas urbanizaciones con alta densidad de gente que vive todo el año y que necesita ese tipo de servicio. Ahí damos servicio a los españoles y a los turistas de larga duración que residen un tiempo en España. Estos últimos representan más de dos millones de hogares. En la parte del wifi estamos manteniendo nuestra presencia en el sector hotelero, y donde estamos presentes y vamos a crecer es en el sector retail.
¿Diversificaréis el negocio con la entrada en franquicias?
En las tiendas físicas venderemos Internet 4G, telefonía fija y móvil, terminales, accesorios de móvil, terminales de teléfono… pero no tenemos pensado abrirnos a vender electricidad.
¿Cómo ves el sector en el que Eurona está operando?
Como un sector en el que está habiendo una concentración muy fuerte [Eurona ha comprado cuatro empresas de telecomunicaciones por 43 millones de euros el pasado mes de agosto. Se trata de Quantis Global, Hablaya, Sultan Telecom y Stoneworks].
¿Cuál es la clave para haberos hecho un hueco en el sector de las telecos, tan ocupado y perseguido por las grandes compañías?
Nosotros nos movemos en tres grandes ámbitos. Uno es el de Internet vía satélite, para gente de determinados lugares a los que no llega Internet. Para ellos, la única tecnología disponible es la vía satélite. En esto somos los líderes en España y el segundo mayor operador de Internet vía satélite en Europa. Este es un nicho de mercado que no estaba ocupado, porque las grandes compañías comprendieron que tenían que invertir en gigas y en 4G, y eso no les permitía cubrir todos los agujeros del mercado. En España hay 800.000 hogares con menos de 2 megabytes por segundo. Eso es no tener Internet hoy en día. Nosotros cubrimos ese espacio, el del señor que tiene una casa en la montaña y necesita conectividad para Internet con una oferta muy competitiva.
¿Cuánto cuesta tener Internet en una zona remota de la geografía española?
Para Internet, el ticket medio está en los 40 euros, aunque también podemos poner telefonía móvil o telefonía fija.
¿Cuáles son las otras patas de vuestro negocio?
El segundo área es el del 4G. Para ello, en 2014 compramos una licencia de telecomunicaciones para una banda de 3,5 megahercios. Esa banda no está disponible en los teléfonos móviles pero sí para tecnología 4G. Lo que hacemos es poner nuestras estaciones base en una población, entregarle al cliente final un módem que enchufa a su corriente eléctrica, conectar el 4G a nuestra estación base y dar una red wifi a su casa. Es decir, estamos llevando el wifi de alta capacidad a sitios donde por distribución de las viviendas es muy difícil llevar fibra. Nuestra tecnología es ganadora porque consigue dar servicios de banda ancha donde no llega nadie más.
¿Pero con el ‘wifi’ también estáis en hoteles y aeropuertos?
Sí. Con nuestro wifi también estamos en interiores, es decir, en lugares donde se necesita más velocidad para la conexión a Internet de la que te está dando tu móvil. Por ejemplo, estamos en todos los aeropuertos de España con un servicio premium para los que quieren ancho de banda sin publicidad, y con un servicio gratuito de Internet que se basa en la venta de publicidad al cliente final.
¿Cómo se distribuye la tarta de vuestro negocio?
El 60 por ciento corresponde a la parte del satélite y 4G, y el 40 por ciento restante al wifi.
De las distintas patas del negocio, ¿cuál tiene mayor peso?
La que tiene mayor peso en facturación es la parte wifi, porque además de aeropuertos estamos en hoteles. Por ejemplo, en muchos resorts del Caribe a los que estamos dando servicio. Eso sí, las tres áreas están creciendo y tenemos intención de impulsar todas. Queremos seguir creciendo en satélite y vamos a empezar a dar servicios fuera de España tanto en zonas de África como de Latinoamérica.
¿Cuándo saldréis fuera de España?
Este año. Estamos con varios proyectos abiertos y de hecho en América Latina ya estamos presentes en Colombia, México y República Dominicana con servicios wifi de hoteles, lo que nos da un pie para desarrollar otro tipo de servicios. Estamos hablando con gobiernos para llevar la conectividad a zonas donde no llega nada. De aquí a dos años estaremos en dos continentes nuevos.
¿Qué planes tenéis para Europa?
En Europa estamos en Italia, que tiene el desarrollo de la banda ancha muy deficiente, y en Irlanda, que es un país muy rural.
¿Cuántas personas trabajan en Eurona?
Hemos creado 170 empleos directos. Los indirectos al menos serán 200 más, entre los del call center y los instaladores.
¿Dónde empezó vuestra actividad?
En Seva (Barcelona), donde hay urbanizaciones a las que no llegaba la conexión a Internet. Nuestra sede social está en Barcelona pero ya tenemos oficina en Madrid, Málaga, Valencia y Galicia.
¿Quiénes son los dueños de la compañía?
Hubo un momento en el que yo tenía el cien por ciento, pero con las distintas ampliaciones de capital y las distintas compras me he ido diluyendo. En este momento, el primer accionista de la compañía es N+1, que tiene menos de un 10 por ciento, y luego yo, que tengo menos del 5 por ciento. Nacimos en 2010 como compañía cotizada y antes, en 2003, como ingeniería. De 2003 a 2010 lo que hicimos fue dar conectividad a gente que vivía donde no llegaba nadie, en pueblos perdidos y poco a poco fuimos avanzando hacia la operadora. De esa forma, sacamos la parte de la ingeniería de la compañía mediante un spin-off y nos quedamos con la parte de la operadora. En 2010 decidimos que queremos ir más rápido y empezamos a buscar dinero. Por eso salimos al MAB [Mercado Alternativo Bzursátil].